Los mexicanos somos cada vez más viejos y morimos de enfermedades más complejas resultado de la llamada transición demográfica y epidemiológica. Somos, en resumen, una sociedad profundamente desigual, cada vez más urbana que come cada vez peor y se mueve cada vez menos. Si los niños de primaria deben dejar de comer chatarra por lo menos mientras estudian es porque serán la primera generación que puede vivir menos que sus padres como resultado del estilo de vida sedentario y la mala alimentación.